Posicionar al líder de una empresa o unidad de negocio como líder efectivo entre los colaboradores, especialmente cuando proviene de afuera o anteriormente ocupaba un puesto de liderazgo menor, es crucial por varias razones que afectan el rendimiento, la moral y la cohesión del equipo. Esto es necesario para: establecer credibilidad (cuando ha sido ascendido), generar confianza, motivar e inspirar, hacer una transición exitosa, evitar confusión de roles, establecer expectativas, fomentar la colaboración, unir al equipo en torno a objetivos comunes, desarrollarse profesionalmente.

El posicionamiento efectivo del líder es esencial para establecer relaciones sólidas con los colaboradores, generar confianza y motivación, y facilitar transiciones y cambios en la estructura de liderazgo. Esto contribuye en gran medida al rendimiento exitoso de la empresa y al bienestar general del equipo.

Esto se lleva a cabo a través de coaching individual para convenciones, town halls, campañas internas.